En 'Cuentos para leer en un Miércoles Santo', el periodista y escritor Antonio Segado del Olmo narraba en unos breves pero exquisitos relatos, pequeñas ficciones alrededor de la procesión de Los Coloraos o Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Cristo, con sede en la arciprestal del Carmen de Murcia.
Más que estructuras narrativas, que lo son, son unos esbozos de sentimientos y sensaciones sobre murcianía y nazarenía.
Especialmente destacable es el cuento 'El cartel'.
No dejo de emocionarme cuando llego al final por más veces que lo leo, porque es el sentimiento de nostalgia por tu tierra, por tus orígenes, por la patria de tu infancia lo que te invade, y eso es universal a toda persona, pero es más bella si esa añoranza es durante La Pascua.
Le dije a un amigo, comisario de los Coloraos, que tienen el deber moral de reeditarlos, porque el libro es casi imposible de encontrar. ¡Solo un ejemplar para préstamo y es en la biblioteca regional!
El caso es que el protagonista del cuento, escrito hace décadas, que es a lo que voy, es emigrante en Alemania. Un murciano en Alemania. Como ahora.
Lo cual nos dice que las crisis son cíclicas, que los murcianos siempre emigramos cuán sufridores, fruto de una gestión política siempre injusta, y que estemos donde estemos, en Semana Santa sólo queremos una cosa: estar allí donde hemos crecido cumpliendo con nuestras tradiciones.
